DOCUMENTO DE TRABAJO N.1/02 Producido por la Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares Ariel Fiszbein ­ Banco Mundial Paula Inés Giovagnoli ­ Banco Mundial Isidro Adúriz - IBOPE Noviembre de 2002 La presente publicación fue elaborada y producida por la Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. La serie "Documentos de Trabajo" no constituye un documento formal del Banco Mundial. Es publicada de manera informal y distribuida con el fin de fomentar la discusión y los comentarios de la comunidad que trabaja en los temas que se presentan. Los resultados, interpretaciones, juicios y conclusiones expresados en este trabajo son propios del autor o autores y no deben ser atribuidos al Banco Mundial, a sus organizaciones afiliadas, a los miembros del Directorio Ejecutivo ni a los gobiernos que ellos representan. Los documentos de trabajo están disponibles en: www.bancomundial.org.ar Por comentarios y /o sugerencias, escribir a: pgiovagnoli@worldbank.org Oficina Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­Documento de Trabajo N.1/02 I. INTRODUCCIÓN1 Argentina se encuentra actualmente sumida en una profunda crisis económica, social y política sin paralelo. Después de tres años de recesión ininterrumpida, la crisis económica y financiera se profundizó durante el año 2001. En el transcurso de dicho año, se hicieron varios intentos infructuosos para reactivar el crecimiento como preludio para mejorar las finanzas públicas y el perfil de la deuda. Los esfuerzos por proteger al sistema bancario frente al amplio retiro de los depósitos (el "corralito") tuvieron como resultado restringuir la liquidez y la actividad económica y generaron descontento popular. El proceso culmina con la renuncia del Presidente De la Rua en diciembre de 2001, una rápida sucesión de presidentes designados, el anuncio formal de la cesación de pagos sobre la deuda del sector público, y a principios de 2002, el abandono del Plan de Convertibilidad. Con una recesión que ya lleva cuatro años, se proyecta para este año que la economía declinará en alrededor del 16 por ciento, lo que implica que la caída del PBI será de más del 25 por ciento desde su pico en 1998. Con una marcada depreciación del peso desde su flotación y una política monetaria indefinida, Argentina está experimentando una significativa inflación por primera vez desde 1991. Entre la declinación de la actividad económica y la depreciación de la moneda, el PBI per cápita se derrumbó abruptamente, a un nivel proyectado de US$ 2.850 en 2002 (comparado con US$ 8.210 en su pico de 1998). La caída de los últimos seis meses ha agravado severamente las ya difíciles condiciones sociales del país. Los niveles de desempleo, que ya eran elevados (18.3% en octubre de 2001), saltaron al 21,5 por ciento según datos de mayo de 2002, de acuerdo con los indicadores oficiales.2 Además, la destrucción de puestos de trabajo ha sido importante (particularmente en relación con los empleos no calificados). Durante el primer trimestre de 2002, la industria de la construcción (que es clave para la mano de obra no calificada) cayó el 25 por ciento con respecto al último trimestre de 2001 (42% en comparación con el primer trimestre de 2001).3 También la pobreza está en aumento, confirmando la asociación entre la crisis económica y el incremento de la pobreza (Lustig 2000). Las estimaciones oficiales para 28 centros urbanos indican que aumentó del 38,3% en octubre de 2001 a 53,0% en mayo de 2002. Este contexto extremadamente negativo también ha tenido un fuerte impacto sobre los sectores de la salud y la educación, en los que existe una creciente evidencia de deterioro en la provisión de servicios. El efecto combinado de todos estos factores ha tenido como resultado producir una situación social crecientemente conflictiva, con altos niveles de delito, violencia y diversas formas de protesta. En este trabajo se presentan los resultados iniciales de una encuesta de hogares especialmente realizada para evaluar los efectos que ha tenido la crisis económica sobre el bienestar de los hogares e identificar los mecanismos y estrategias de supervivencia adoptados por las familias 1 Nuestro especial agradecimiento a Diane Steele, Esteban Font Guido, Miriam Garcia, Irene Novakosky y el equipo del SIEMPRO, Sebastian Galiani, Sandra Cesilini, Kinnon Scott, Susana Aparicio, Polly Jones, Martín Ravallion Florencia Castro Leal y Emanuela Galasso por su útil ayuda en la encuesta. También deseamos agradecer a Truman Packard, Indermit Gill, Leonardo Gasparini, Guillermo Cruces, Carlos Cavalcanti, Juan Gaviria, Carlos Sobrado, Estanislao Gacitúa y Chris Chamberlin por sus comentarios y sugerencias y a Enrique Zuleta Puceiro por su guía para el desarrollo e implementación de la encuesta. Las opiniones aquí expresadas corresponden a los autores y no deben ser atribuidas al Banco Mundial. 2 INDEC, Encuesta Permanente de Hogares, total áreas urbanas. 3 Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), Ministerio de Trabajo. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz 1 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 argentinas durante estos tiempos difíciles. Específicamente, la encuesta fue diseñada para identificar cambios en los ingresos, patrones de consumo, acceso a diversos servicios sociales y otros servicios, patrones de ahorro y de pago, participación en el mercado laboral y dependencia de mecanismos de contención social formales e informales. Además, la encuesta se propuso recabar información sobre los cambios en el estado mental y emocional experimentados a nivel personal. Se trata de una encuesta representativa a nivel nacional, que cubrió 2.800 hogares de diferentes regiones.4 A diferencia de la mayoría de las encuestas de la Argentina (incluida la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC), en esta se incluyó a pequeñas localidades (con menos de 2000 habitantes), de modo de contar con un mejor conocimiento de estas áreas. No obstante, en la encuesta no se incluyeron las áreas dispersas y por lo tanto, no presenta un cuadro completo del heterogéneo sector rural argentino. En el caso de las áreas urbanas, el diseño de la muestra se basó en una estratificación por tamaño de ciudad y por región. Para las zonas rurales se seleccionaron las localidades en forma aleatoria. Si bien se hizo el esfuerzo de incluir localidades de diferentes regiones, la muestra no es lo suficientemente grande como para ser representativa a nivel regional. En términos generales, el diseño de la muestra permite las comparaciones con la EPH de las áreas urbanas. La primera parte del cuestionario solicita información sobre todos los miembros del hogar e incluye preguntas sobre características demográficas, empleo, ingresos, estado migratorio, nivel de educación, cobertura médica y aportes a la seguridad social. Varias de estas preguntas son retrospectivas usando el mes de octubre de 2001 como punto de referencia. Se preguntó a los encuestados sobre sus ingresos individuales laborales y no laborales (en efectivo y en especies) así como las transferencias de ingresos oficiales y no oficiales. La segunda parte del cuestionario se concentró en el hogar como unidad de análisis y el respondente fue el Jefe de Hogar (o la persona mejor informada del hogar).5 Se incluyeron preguntas sobre el uso de ahorros, cambios en los patrones de consumo, y participación en programas sociales y actividades comunitarias. También se pregunto sobre el estado mental y emocional y las expectativas para el futurodel respondente. El cuestionario difería levemente en el caso de las áreas rurales y urbanas a fin de capturar las especificidades correspondientes a las mismas. El trabajo de campo se realizó durante los meses de junio y julio de 2002. 4La encuesta fue realizada por IBOPE. 5 Si el jefe del hogar no conocía la respuesta a una pregunta en particular (por ej., cambios en los patrones de consumo) se visitó el hogar hasta un máximo de tres veces para encontrar un miembro que pudiera responder a la pregunta específica. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz 2 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 II. PRINCIPALES HALLAZGOS Ingreso de los hogares. En la Tabla 1 se presenta la información básica sobre ingresos derivada de la encuesta. Los ingresos mensuales per cápita informados, provenientes de todas las fuentes, ascendieron a $214.6 Esto puede compararse con un ingreso promedio de $233 estimado por el INDEC para áreas urbanas en mayo de 2002. Siguiendo los procedimientos estándares, el ingreso per cápita fue ajustado usando la escala de adulto equivalente (para reflejar las diferencias en las necesidades de consumo), lo que arrojó un ingreso mensual promedio de $264. También se presentan algunas medidas de desigualdad estándar que confirman los niveles relativamente elevados de desigualdad de ingresos observados en las encuestas de hogares de la Argentina. Tabla 1: Ingreso medio por quintiles - Junio de 2002 - Total del País Ingreso del hogar por adulto Ingreso per cápita del hogar Quintiles equivalente ($) Media ($) Participación Media ($) Participación I 40,5 3,1 32,0 3,0 II 107,4 8,1 85,9 8,0 III 182,7 13,8 146,3 13,7 IV 300,1 22,7 240,9 22,5 V 690,8 52,3 564,7 52,8 Media 264,3 100 214 100,0 Y10/Y1* 28,9 28,4 Gini 0,473 0,478 El primer quintil incluye los hogares que con ingresos cero. *Y10/Y1 es la razón de ingresos medios correspondientes al decil superior e inferior en la distribución. Y1 no incluye a los que informaron ingresos iguales a cero. Como se mencionó, una característica particular de esta encuesta es la inclusión de las áreas rurales, que no son cubiertas en la EPH. La Tabla 2 confirma el hecho bien conocido (pero no necesariamente bien establecido) de que los niveles de ingresos urbanos son más elevados, indicando una brecha del orden del 60%. 6 Debido a los conocidos problemas de las encuestas a hogares en la captación de los niveles de ingreso, se considero una pregunta para las personas que no quisieron informar su nivel exacto de ingresos, donde se les pidió que seleccionaran el intervalo que mejor aproxime su ingreso (y para imputar estos ingresos se tomaron los valores medios de cada intervalo). Esto permitió reducir el número de hogares con información incompleta sobre ingresos del 17,2% al 7,6%. En el caso de los individuos que no informaron los ingresos laborales, estos se estimaron usando las ecuaciones de Mincer, donde el logaritmo del ingreso laboral horario es definido como función de los atributos individuales observables tales como sexo, educación, edad y experiencia. Para corregir el sesgo de selección se uso el método de Heckman. Los efectos absolutos y relativos de estas correcciones sobre los ingresos son insignificantes (aumentos de ingresos per cápita de $212 a $214). La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz 3 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 2: Ingreso medio por áreas Áreas Ingreso del hogar por adulto ingreso per cápita del hogar equivalente ($) ($) Urbano 268.3 223.27 Rural 168.9 142.13 A fin de identificar los efectos de la crisis sobre los ingresos de la familia, en la encuesta se pidió a cada hogar que indicara si sus ingresos corrientes se habían modificado - en términos nominales - con respecto al nivel correspondiente a octubre de 2001. En la Tabla 3 puede verse que más del 40% de los hogares informó no haber tenido cambios en sus ingresos, mientras que casi el 50% de los hogares informó una reducción en sus ingresos nominales. Debe subrayarse que alrededor del 8% de los hogares informaron de aumentos en sus ingresos. Tabla 3: Cambios en los ingresos Con respecto a octubre de 2001 % Aumentaron 8.0 Sin cambios 43.4 Se redujeron 48.6 La información obtenida no permite determinar el grado de influencia de estos cambios en la distribución del ingreso, dado que las preguntas retrospectivas no hacían referencia a "los niveles" de ingreso. En la Tabla 4, sin embargo, puede verse la incidencia de los cambios de acuerdo con el nivel de educación del jefe/jefa de hogar - un sustituto para el ingreso del hogar. Es interesante observar que la mayor incidencia de la reducción en los niveles de ingresos corresponde a hogares cuyos jefes tienen educación secundaria -- un grupo que tiende a estar ubicado en el punto medio de la distribución de ingresos ('la clase media') -- mientras que la incidencia más baja de la reducción del nivel de ingresos corresponde a hogares que tienen como jefe/jefa a personas con educación primaria incompleta -- un grupo que tiende a estar ubicado en el extremo inferior de la distribución de ingresos ('los indigentes'). Esta información sugiere que las clases medias podrían haber sido las más seriamente afectadas por la crisis económica.7 7Por el contrario, durante la década del 90, las conmociones económicas tuvieron un efecto más profundo sobre los pobres y aquellos que contaban con los más bajos niveles educativos. Véase Banco Mundial, 2001. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz 4 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 4: Cambios en el ingreso por nivel de educación del jefe/a de hogar Aumentó Sin cambios Se redujo Total Educación primaria incompleta 4,25 50,14 45,61 100 Educación primaria 7,81 44,85 47,34 100 Educación secundaria incompleta 15,44 34,52 50,04 100 Educación secundaria 6,72 39,51 53,77 100 Educación superior incompleta 6,83 45,94 47,23 100 Educación superior 8,91 41,24 49,85 100 Total 8,07 43,22 48,71 100 De particular interés es el caso del 8% de los hogares que informaron haber tenido un aumento en sus ingresos con respecto a octubre de 2001, dado el desempeño extremadamente negativo del período. En la Tabla 5 se proporcionan algunas posibles razones de estos aumentos nominales. Tabla 5: Hogares que informaron de aumentos en sus ingresos Razones % Más trabajadores 15,0 Cambio de empleo 14,1 Trabajó más horas 14,4 El mismo empleo/horas 31,7 Ingresos no laborales superiores 22,3 Otros 2,5 En casi la mitad de los casos, el aumento en los ingresos informado está asociado con un cambio en las características de empleo: un nuevo trabajador en la familia (la mayoría en trabajos temporarios, informales), el cambio a un empleo mejor pagado, o más horas trabajadas. La otra mitad de los casos no muestra ningún cambio observable en las características del empleo de alguno de los miembros del hogar. En algo más del 20% de los casos es posible identificar un aumento en los ingresos no laborales como la principal fuente de cambio. Empleo. La encuesta también abordó la situación individual con respecto al mercado laboral así como los cambios con respecto a su estado de ocupación en octubre de 2001. Los resultados indican una tasa de actividad estable (es decir, sin cambios netos en la participación en la fuerza de trabajo) cercana al 40% con un aumento en la tasa de desocupación del orden del 3% combinado con una reducción en la tasa de empleo (como proporción de la población) de algo más del 1%. La encuesta EPH registró un aumento La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz5 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 similar en el índice de desempleo (del 18,3% al 21,5%) para 28 centros urbanos, si bien con niveles levemente diferentes. Tabla 6: Empleo (%) - Mayo / Junio 2002 Mayo/Junio 2002 Octubre 2001 Tasa de Empleo 29,9 31,1* Tasa de Actividad 39,8 39,8* Tasa de Desocupación 24,9 22,0* Tasa de Desocupación (EPH) 21,5 18,3 (*) Basado en información retrospectiva provista por los encuestados. Estos valores agregados ocultan cambios significativos en el estado laboral de hogares específicos. En la Tabla 7 se presenta una visión resumida de dichos cambios, concentrándose en el cambio de status ocupacional entre octubre de 2001 y la fecha de la encuesta, en base a las preguntas retrospectivas. Tabla 7: Cambios en el Status Laboral Status Anterior Trabajo Desocupado Inactivo Trabajo Permanente Temporario Total 1000s 1.435 1.228 15 555 3.233 Desocupado % 50,6 6,2 0,2 17,1 9,9 1000s 1.039 18.252 20 386 19.696 Inactivo alu % 36,7 92,5 0,3 11,9 60,0 ActsuatSt Trabajo 1000s 113 91 6.498 331 7.034 Permanente % 4,0 0,5 92,6 10,2 21,4 Trabajo 1000s 247 153 485 1.969 2.854 Temporario % 8,7 0,8 6,9 60,8 8,7 1000s 2.834 19.725 7.018 3.241 32.817 Total % 100 100 100 100 100 La estabilidad en la participación en la fuerza laboral se confirma si se comparan las cifras de la categoría "inactivo" de ambos lados de la matriz. El número de personas que salen de la fuerza laboral (en su mayoría previamente desocupados) es similar al de aquellos que ingresan a la misma (y que mayormente permanecen desempleados). Un análisis más detallado indica que en su mayoría se trata de "trabajadores secundarios" de los hogares en los que existe otro miembro ocupado. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz6 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Como era de esperar, el número de aquellos que pierden su puesto de trabajo supera al de los que lo encuentran. Como muestra la Tabla 8, el grupo de los que salen de la desocupación tiende a estar compuesto por trabajadores secundarios en una proporción mayor que el grupo de los que pierden su trabajo -- indicando la presencia de algunos cambios en los roles familiares que será tema de un análisis posterior. Tabla 8: Grupos que sufrieron cambios clasificados por miembro del hogar y género Desocupado a Empleado a Empleado Desocupado (%) (%) Miembro del Hogar Jefe de Hogar 35,9 57,0 Cónyuge 18,8 12,6 Otros 45,3 30,4 Total 100,0 100,0 Género Hombre 58,4 62,0 Mujer 41,6 38,0 Total 100,0 100,0 El tercer factor que vale la pena mencionar es un aparente deterioro en la "calidad" de los puestos de trabajo. Esto se puede observar como reflejo en el tipo de trabajos de los que obtuvieron nuevos puestos (temporarios más que permanentes, y dentro de los que informan trabajos permanentes, más de la mitad no cuenta con ninguno de los beneficios estándar asociados con el sector formal), y los que cambiaron de trabajo (indicando un aumento neto en la proporción de trabajos temporarios y una gran presencia de "trabajos sin beneficios" entre los que se cambiaron a puestos de trabajo permanentes). Aproximadamente el 6% de los ocupados informó que perdió al menos algún tipo de beneficio. Esta tendencia concuerda con la observada a través de la EPH.8 El marcado deterioro en el empleo del sector formal también se confirma a través de la "Encuesta de Indicadores Laborales" (EIL) del Ministerio de Trabajo, que cubre más de 1.500 empresas representando un universo de aproximadamente 38.000 firmas de diferentes tamaños y sectores, que emplean a unos 1,9 millones de trabajadores registrados en los tres centros urbanos más grandes (Gran Buenos Aires, Gran Rosario y Gran Córdoba). Como se ilustra en el Gráfico 1, se estima que el empleo formal tuvo una caída del 7,4% desde octubre de 2001, y del 10,5% desde junio de 2001.9 8 Por ejemplo, la proporción de trabajadores asalariados sin beneficios aumentó del 33 al 35% entre las EPH de octubre de 2001 y mayo de 2202. 9 Otros datos adicionales proporcionados por la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) revelan resultados similares: el promedio mensual de puestos de trabajo en el primer trimestre de 2002 presenta una La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz7 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Grafico 1: Evolución del empleo formal (Gran Buenos Aires) 100.0 98.0 96.0 94.0 100=99 92.0 90.0 en 88.0 Ju 86.0 84.0 82.0 80.0 01 10-l un-J 10-g 10-p 10-t 01 02 Ju Au Se Oc ov-N 10-c 20-n 20-b De Ja r-02a Fe M r-02pA 20-y Ma un-J Fuente: EIL Pobreza. En base a la información sobre ingresos correspondiente al mes de junio, se ha estimado la incidencia de la pobreza usando cuatro líneas diferentes. Primero, se han usado las líneas oficiales de "pobreza" e "indigencia" estimadas por el INDEC para el mes de junio de 2002.10 Para las áreas rurales, se usó la línea de pobreza correspondiente al centro urbano de la misma región. Por supuesto, de esta manera no se reconocen las potenciales diferencias entre los precios rurales y los urbanos, pero al menos se controlan las diferencias regionales (véase Banco Mundial, 2001).11 Además, se construyó una línea de pobreza de 1 dólar y 2 dólares por día, usando la metodología estándar del Banco Mundial para el total país.12 Los resultados a nivel nacional se presentan en la Tabla 9. disminución del 10,1% comparado con el mismo período del año anterior. 10 Las canastas básicas de alimentos fueron originalmente estimadas para cada centro urbano en base a los patrones de consumo de 1997, y se ajustaron para reflejar los precios vigentes en abril de 2001 en cada centro usando el índice de Paridad de Precios de Compra del Consumidor (PPCC) del INDEC para dicho mes. Luego las líneas fueron actualizadas al mes de junio usando la variación de precios en el Gran Buenos Aires. En este sentido, la ausencia de información de precios sistemática para todos los centros urbanos es una seria limitación. Comparamos los cambios de precios de los alimentos en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Tucumán durante los primeros seis meses de 2002, que indican un nivel de aumento levemente superior en el interior comparado con el GBA. 11Se realizará por separado un análisis de mayor profundidad de la pobreza en las áreas rurales. 12Se construyeron las líneas de pobreza usando el Índice de Paridad de Poder Adquisitivo (PPP) para Argentina de 1993 (PPP = 0,7779) y se convirtieron a precios locales usando el IPC. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz 8 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 9: Índices de Pobreza Junio 2002 -Total País (% de individuos) Encuesta BM EPH Junio 02 Mayo 02 Oct 01 Pobreza 53,7 53,0 38,3 Indigencia 23,8 24,8 13,6 PPP (U$1) 9,9 9,5 7,5 PPP (U$2) 24,6 20,8 17,1 Mientras que en la tabla 10 se presentan los resultados para las áreas rurales y urbanas. Tabla 10: Índices de Pobreza Junio 2002 ­ por áreas Urbano (% de Rural (% de individuos) individuos) Pobreza 52,9 72,6 Indigencia 23,2 40,1 Conviene resaltar algunos puntos. Primero, la incidencia de la pobreza/indigencia (usando las líneas oficiales) confirma las predicciones realizadas en las primeras etapas de la crisis que sugerían índices de pobreza del orden del 50% e índices de indigencia de alrededor de 25%. Las estimaciones oficiales de la EPH revelan tasas de pobreza y de indigencia similares (53% y 24,8%, respectivamente), si bien con una cobertura más reducida dada la exclusión de las áreas rurales en la misma. Segundo, con todas las consideraciones necesarias en mente, es importante observar que la línea de pobreza de 2 dólares por día es muy cercana a la línea oficial de indigencia que, en principio, brinda un mejor reflejo de cómo se compara la pobreza en la Argentina posterior al default con los niveles internacionales. Tercero, y nuevamente con todas las salvedades metodológicas necesarias, aún cuando la incidencia de la pobreza y la indigencia son, como se esperaba, mucho más elevadas en las áreas rurales, el agregado de las áreas rurales en la estimación no tiene un efecto significativo en las tasas nacionales, dada la magnitud relativa de los dos grupos. Bienestar subjetivo. Con el propósito exploratorio de identificar los cambios en el estado mental y emocional individual ("cómo se siente la gente"), en la encuesta se preguntaba si "se sentían desalentados" ("¿se siente desanimado?") y/o "desesperanzado con respecto al futuro". Se les preguntaban las principales razones de dichos sentimientos y cómo se habían sentido antes de octubre de 2001. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz9 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 11: Cambios de estado emocional Siente desesperanza sobre el Se siente desanimado futuro Ahora Antes Oct. 2001 Ahora Antes Oct. 2001 (%) (%) (%) (%) Nunca 26,8 47,8 21,1 45,5 A veces 34,2 37,3 33,2 36,2 Frecuentemente 24,8 9,6 27,5 11,3 Siempre 13,5 4,0 16,7 4,8 Sin respuesta 0,6 1,3 1,5 2,2 Total 100 100 100 100 Como puede verse en la Tabla 11, en ambas dimensiones la encuesta indica una incidencia elevada y creciente de desaliento y pesimismo entre los encuestados (en su mayoría Jefes de Hogar). En la Tabla 12 se presenta mayor evidencia sobre la fuente de este desánimo/pesimismo entre los que informaron tener tales sentimientos. Las "razones económicas" prevalecen sobre las demás razones. Tabla 12: Razones del estado emocional Se siente Siente desesperanza desalentado respecto al futuro (%) (%) No encuentra trabajo 11,3 12,7 Dificultades en el trabajo 1,6 1,6 Razones económicas 53,4 54,0 Razones de salud 4,8 3,0 Algo difícil de explicar 16,1 15,4 Otras razones 12,8 13,4 Total 100,0 100,0 Entre los que informaron sentirse desanimados ahora pero no antes, en octubre de 2001, se trató de identificar si este cambio estaba asociado con el estado de empleo del encuestado. Como se muestra en la Tabla 13, no parece ser así. De igual manera, no se encontró ningún patrón asociado con la distribución del ingreso. Estos hallazgos sugieren un impacto generalizado de la crisis económica sobre el estado emocional de la población. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz10 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 13: Estado de empleo de los que informan desaliento creciente Status Actual % Empleado 46,4 Desempleado 14,5 Jubilado 15,1 Estudiante 3,4 Ama de casa 10,4 Otros inactivos 10,1 Total 100,0 Protestas sociales. La encuesta brinda la confirmación de un considerable aumento en la participación individual en diferentes formas de protesta social -- que pasó del 7,6% antes de octubre de 2001 al 16,2%. Es interesante señalar que la participación es mayor a medida que se pasa a los quintiles de ingreso mas ricos . Esto concuerda con otro resultado de la encuesta: la forma más popular de protesta fue el cacerolazo (participó el 9,2%) -- una forma de protesta que primó en los grandes centros urbanos durante el primer trimestre de 2002.13 Tabla 14: Participación en protestas sociales (% de hogares participantes) Quintiles I II III IV V Total Total Antes Oct. 2001 % 11,4 12,6 17,5 17,5 22,0 16,2 7,6 La violencia parecería ser otro factor importante en el período posterior a la crisis. Como se muestra en la Tabla 15, el 20% de los hogares informó haber sido víctima del delito o la violencia en los seis meses previos. Es interesante observar que si bien es cierto que el grupo de mayores ingresos es el que informa la incidencia más alta de delitos o violencia, no existe una correlación simple entre victimización y nivel de ingresos. Los datos concuerdan con la información recopilada por la Dirección Nacional de Política Criminal para el Gran Buenos Aires, Rosario y Córdoba, que indica que durante el año 2000, 13% de los entrevistados había sido víctima de algún tipo de delito. La información no muestra diferencias significativas entre los diferentes grupos socioeconómicos, pero si que los grupos de mayores ingresos tienden a informar más la ocurrencia de tales hechos (particularmente debido al robo de automóviles). 13Los grupos de menores ingresos participaron mayormente en piquetes o bloqueo de rutas. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz11 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 15: Exposición al delito y la violencia (% de hogares) Total I II III IV V Quintiles % 19,7 22,9 14,5 19,9 25,3 20,4 III. ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA Esta tercera sección del trabajo se concentra en las estrategias adoptadas por los hogares para hacer frente a la crisis. Se comienza con una descripción general de los principales tipos de estrategias que los hogares emplean. Se han agrupado en tres categorías (i) estrategias adaptativas de los hogares; (ii) estrategias activas de los hogares y (iii) estrategias vinculadas con redes sociales. Se sigue con un análisis de los componentes de cada categoría y se identifican los patrones que indican que ciertas estrategias tienden a ser adoptadas por diferentes tipos de hogares (por ejemplo, por niveles de ingresos). Vale aclarar que este es un primer paso exploratorio de un posterior análisis multivariado sobre las estrategias de supervivencia. Una visión general. Como ya se indicó, en la encuesta se preguntó sobre las estrategias que los hogares usaban en forma más frecuente como reacción ante el empeoramiento de las condiciones económicas experimentadas durante los ocho meses previos. El primer conjunto de estrategias, que se han agrupado bajo el título de estrategias adaptativas de los hogares hacen referencia a aquellos que respondieron a la crisis cambiando sus patrones de consumo, incluido el uso de varios tipos de servicios. El segundo conjunto de estrategias, al que se dió el título de estrategias activas de los hogares, involucra un mayor uso de los activos físicos, financieros y humanos de los que el hogar dispone. Entre estas estrategias se cuentan: agregar nuevos trabajadores, trabajar más horas, vender bienes, usar ahorros, pedir prestado, emigrar. El último grupo de estrategias, las estrategias vinculadas con redes sociales, incluyen aquellas que dependen de la asistencia prestada por amistades, familia, ONG o el Gobierno. En la Tabla 16 se resume la información clave referida al uso de estas diferentes estrategias por parte del total de hogares, y específicamente, por parte del grupo de familias que experimentó una reducción en el ingreso del hogar. Un primer aspecto a señalar es que casi todos los hogares, sin que importe si han tenido un cambio en su ingreso, informaron haber cambiado sus patrones de consumo en respuesta a la crisis económica. Esto se cumple en toda la distribución del ingreso (véase la Tabla 17). Efectivamente, las familias argentinas se han adaptado a la crisis económica cambiando sus patrones de consumo. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz12 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 16 : Uso de estrategias por hogares % de hogares que informan % de hogares: reducción de ingreso que usan: (i) Estrategias Adaptativas 98,2 99,1 (ii) Estrategias Activas 37,3 45,0 (iii) Estrategias de Redes Sociales 32,7 36,4 No usa ninguna de estas estrategia 1,5 0,8 Por lo menos una de ellas 98,5 99,2 Por lo menos dos de ellas 54,7 61,6 Todas 13,6 17,8 Además, con la excepción de las estrategias activas, que tienden a ser usadas de manera más intensa por los hogares que sufrieron la reducción de sus ingresos, no se observa ningún patrón marcado entre estos dos grupos cuando se considera el uso de este amplio conjunto de estrategias de supervivencia. Sin embargo, si se concentra la atención en los grupos de ingresos (Tabla 17), al margen de si han experimentado reducción en sus ingresos o no, resulta evidente que el uso de las estrategias vinculadas con las redes sociales presenta una fuerte correlación con los niveles de ingreso. Tabla 17: Uso de estrategias por quintiles de ingresos14 (% de hogares de los grupos de ingresos que usan:) I II III IV V Total (i) Estrategias Adaptativas 99,8 98,1 98,9 97,3 96,6 98,2 (ii) Estrategias Activas 47,0 37,7 36,1 30,5 30,7 36,4 (iii) Estrategias de Redes Sociales 55,5 39,1 38,4 24,2 12,0 33,8 Como se verá a continuación, más allá de estos patrones generales, pueden observarse diferencias significativas entre los diferentes grupos una vez que se desagregan las categorías globales. Estrategias de adaptación de los hogares. En la tabla 18 puede verse un resumen del tipo de cambios realizados por los hogares en sus patrones de gasto. En particular, se evidencia la 14 Los quintiles de esta sección están construidos con la misma cantidad de hogares en cada quintil, ordenados por ingreso familiar ajustado por tamaño del hogar (usando adultos equivalentes), excluyendo a los hogares con información incompleta de hogares. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz 13 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 reducción en los niveles de consumo y la sustitución por productos de menor costo. Se realiza una distinción entre productos esenciales (alimentos) y no esenciales (otros). En términos generales, puede verse en la tabla 18 que todas las familias han reaccionado a la crisis económica a través de una combinación entre la reducción del consumo y el reemplazo a favor de bienes de menor costo, tanto en artículos esenciales como no esenciales.15 No obstante, pueden observarse dos patrones. Primero, no debe sorprender que los grupos de mayores ingresos parecerían haber evitado tales cambios en una mayor medida. Esto es particularmente cierto en lo que respecta a los alimentos, donde es notable la diferencia entre los quintiles de ingresos. Segundo, la sustitución por productos de menor costo (o productos de segunda mano, cuando es posible) parece ser más generalizado que las reducciones en los niveles de consumo. En otras palabras, la información sugiere que las familias han tratado de proteger el consumo de alimentos tanto como fuera posible, reduciendo el consumo de otros bienes y cambiando por productos de menor costo. Tampoco sorprende observar que los grupos de menores ingresos parecerían haber tenido menor éxito en este sentido. Tabla 18: Uso de estrategias adaptativas por quintiles de ingresos Cambios en los patrones de consumo I II III IV V Total Alimentos Reducción de Consumo 90.4 83.1 73.2 69.0 59.1 74.9 Reemplazo por productos más baratos 97.6 95.4 92.5 91.5 84.8 92.3 Otros bienes Reducción de Consumo 90.5 87.7 81.5 76.8 68.3 81.0 Reemplazo por productos más baratos 89.5 89.3 80.4 80.2 76.6 83.2 Compra de productos de 2º mano 51.7 40.2 34.8 33.0 24.3 36.7 Prescindió/redujo el uso de servicio doméstico* . . 43.0 27.8 40.5 37.9 *Estimado sólo para los hogares que tenían esta opción y sólo cuando se observó un número de casos suficiente. La encuesta también nos permite observar cambios en el uso/acceso a diferentes tipos de servicios. Específicamente, educación, salud y servicios públicos. Una cuestión que merece particular atención ­ y respecto a la cual se esta llevando a cabo un análisis por separado, usando diversas fuentes de información ­ es si existe evidencia de mayor deserción escolar como resultado de la crisis económica. La encuesta proporciona algunas indicaciones preeliminares que indican una evidencia limitada de dicho efecto. En la Tabla 19 se incluyen tres grupos etáreos: 6-12, 13-15 y 16-18 años de edad. En la segunda columna aparecen estimaciones aproximadas de las tasas de cobertura para cada grupo ­ sin referencia al nivel de escolarización. Con todas sus limitaciones, estos datos confirman las 15 El IPC aumentó en el 30% durante los primeros seis meses del año corriente. El aumento de precios de los alimentos fue superior (39%) al promedio. Usando las participaciones de gasto del quintil inferior derivadas de la encuesta de consumo de 1997, estimamos que en este período, el costo de vida para los grupos más pobres de la sociedad aumentó el 45%. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz14 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 tasas observadas tradicionalmente a través de las encuestas de hogares y no presenta señales de reducción en las tasas de cobertura. Además, se analizó si existía alguna indicación de deserción escolar durante los primeros meses del año lectivo en curso entre los niños de los que se informó que no asistían a la escuela (es decir, los no incluidos en la columna dos de la tabla). Se le preguntó a los jefes de hogar si alguien del hogar (sin identificar de quién16 se trataba) había abandonado o postergado su asistencia escolar desde octubre de 2001. En la tercera columna se informa del porcentaje de niños en el grupo etáreo correspondiente que no asisten a la escuela y pertenecen a una familia en la que existe por lo menos un miembro que abandonó o postergó el inicio de las clases. Por supuesto, esto puede significar sobre-estimar la presencia de desertores en la medida en que exista más de un miembro del hogar que desertó o postergó comenzar las clases (incluyendo la educación superior) y en este sentido, es una estimación de la magnitud máxima potencial del efecto. Tabla 19: ¿Las familias han retirado hijos de la escuela? Concurren a la escuela (% total del grupo) Estimación de deserción Grupo etáreo Total áreas Área Urbana Área Rural Total áreas 6 a 12 años 97,0 97,3 92,1 0,2 13 a 15 años 92,5 92,5 90,9 0,6 16 a 18 años 80,2 81,1 60,1 2,3 Lo primero que cabe señalar es que, dado el número muy reducido de casos involucrado, las estimaciones no son suficientemente precisas (es decir, tienen un alto coeficiente de variación). Teniendo esto en cuenta, se observa que no existe evidencia de deserción escolar en los grupos de 6 a 12 o 13 a 15 años y el potencial de una presencia reducida (pero no significativa desde el punto de vista estadístico) de desertores escolares en el grupo de 16 a 18 años. Como prueba de coherencia hemos verificado, para este último grupo, su ubicación dentro de la distribución de ingresos de los hogares. Como lo indica la Tabla 20, los pocos casos de aparentes desertores pertenecen en su mayoría a los deciles inferiores de la distribución, lo que ofrece algún nivel adicional de seguridad con respecto a la evidencia. 16 De esta manera se evitaba el efecto "vergüenza" que podría haber llevado a una subinformación de los casos de deserción escolar, a cambio de perder información sobre quién era, exactamente, el miembro del hogar involucrado. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz 15 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 20: Deserciones escolares Deserciones en el grupo de Quintiles 16-18 años (%) I 53,9 II 23,3 III 6,3 IV 16,6 V 0 La limitada evidencia sobre deserción escolar como resultado de la crisis podría indicar que las familias se esfuerzan por proteger lo que es quizás el tipo de inversión más importante que pueden hacer en sus hijos bajo difíciles circunstancias (De Ferranti et al., 2000). No obstante, como sugiere la evidencia proveniente de otras crisis, los efectos negativos pueden no sentirse en forma inmediata sino recién varios meses después del comienzo de la crisis (por ejemplo, podrían sentirse en los niveles de matriculación escolar en 2003). Además, los datos de la encuesta no permiten identificar el número de niños que no asisten a clase de manera regular, que quizás en muchos casos sea un tipo de ajuste más prevaleciente. En la Tabla 21 se proporciona alguna evidencia adicional sobre si las familias hicieron ajustes que afectaron la educación de sus hijos. La proporción de familias que cambió de escuela (a escuelas privadas menos costosas o de la escuela privada a la escuela pública) es muy reducida, lo que sugiere una resistencia a realizar dichos cambios, inclusive en el contexto de un marcado deterioro económico. Por otro lado, una proporción muy grande de los hogares (particularmente en los grupos de ingresos más bajos)17 informó haber reducido la compra de materiales escolares -- con efectos aún no determinados sobre la calidad de la escolarización. Las dificultades experimentadas por varias provincias para mantener los niveles de gasto sugieren que la presencia de restricciones por el lado de la oferta pueden ser más serias que con respecto a la demanda, por lo menos en esta etapa temprana del proceso. Tabla 21: Ajustes en los gastos de educación (% de hogares que:) Reemplazaron escuela privada por escuela pública 2,0 Cambiaron a escuelas privadas menos costosas 3,1 Redujeron la compra de materiales escolares 71,9 En el caso de los servicios de salud, existe evidencia de impactos negativos severos desde comienzos del año tanto en cuanto a dificultades dentro del sistema de obras sociales como en 17 Casi el 90% de los hogares en el quintil de ingresos inferiores informó sobre reducciones en la compra de materiales escolares, mientras que sólo 43% de los del quintil más alto informó lo mismo. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz16 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 el sistema de salud pública. La información recogida a través de la encuesta confirma las tendencias identificadas previamente. Aproximadamente el 12% de los individuos experimentaron algún cambio en su cobertura de salud (véase la Tabla 22). Más del 60% de los mismos perdieron totalmente su cobertura -- con una concentración mayoritaria en los grupos de menores ingresos. Para el 40% de aquellos que experimentaron un cambio en su cobertura de salud, se observa el pasaje a una menor cobertura. Casi la mitad de aquellos que antes tenían una cobertura doble (obra social y prepaga) ahora solamente mantienen sus cobertura primaria (obra social). También se observa un cambio de una cobertura privada completa a una cobertura para emergencias únicamente. Tabla 22: Cambios en la cobertura médica (% de aquellos individuos que experimentaron un cambio de cobertura) Quintiles I II III IV V Total Pérdida de toda forma de cobertura 76,0 61,1 78,6 52,6 33,6 61,4 Cambio de cobertura 24,0 38,9 21,4 47,4 66,4 38,7 La pérdida de cobertura de salud esta conduciendo a que sea creciente el número de personas que dependen del uso de las instalaciones públicas de salud. De los hogares que informaron haber reemplazado la cobertura privada por los servicios públicos como reacción a la crisis económica, el 60% ha experimentado alguna forma de pérdida o limitación de la cobertura ofrecida por sus prestadores. En términos más específicos, el 16% perdió totalmente su cobertura, 5% tienen deudas pendientes que no les permiten usar su cobertura, 13% no puede costear los copagos, 8% experimentó una reducción en los servicios ofrecidos por los aseguradores, y el 13% son jubilados que experimentan dificultades con los servicios ofrecidos por PAMI.18 En términos generales, la encuesta determinó que las familias han reducido de una u otra manera los servicios de salud como consecuencia de la crisis económica. Vale la pena mencionar algunos resultados. Casi el 23% de los hogares informó que por lo menos un miembro había experimentado la falta de acceso a servicios de salud. Tres cuartos de los mismos dijeron que la razón era "falta de dinero" para pagar los medicamentos (44%), costos de transporte (25%) y cuotas (5%). Más específicamente, el 37% de los hogares con niños de menos de doce años informaron haber reducido la frecuencia con la que llevan a sus hijos a los controles médicos. Casi el 45% de éstos pertenecen al quintil más bajo de distribución de los ingresos. Pero este efecto también se sintió en el segundo (29%) y tercer (18%) decil. Reducir el uso de servicios públicos aparece como otra de las estrategias de los hogares. En forma típica, esto implica ya sea demorar o dejar de pagar (con el riesgo de desconexión) o directamente pedir la interrupción del servicio. Entre el 30 y el 50% de los hogares informa de demoras en los pagos. El porcentaje de hogares que informó haber sido desconectado de 18PAMI es el seguro nacional de salud para los jubilados. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz17 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 diferentes servicios (electricidad, gas, agua, teléfono, cable, Internet) va del 2% (en el caso del suministro de agua) al 14% para el cable. En la mayor parte de los casos, la principal razón fue la falta de pago. De igual manera, los hogares han comenzado a utilizar mas los medios de transporte de menor costo, como se muestra en la Tabla 23. Más de la mitad de los hogares que previamente usaban sólo transporte público informan ahora haber aumentado el uso de la bicicleta o caminata. Se observa asimismo un cambio similar, pasando de los automóviles y taxis al transporte público. Tabla 23: Cambios en el uso de servicios de transporte I II III IV V Total Auto/taxis por transporte público 57,4 56,7 47,8 45,5 32,4 46,1 Auto/taxi/transporte público por bicicleta/caminar 73,9 62,5 61,3 49,0 33,5 55,4 Estas cifras son consistentes con las que surgen de los datos oficiales sobre el uso de los servicios públicos19 que indican, para los primeros cinco meses del año, una reducción del 22% en el número de pasajeros de los ferrocarriles urbanos, un 9% en subterráneos y el 14% en los servicios de ómnibus metropolitanos. Estrategias activas de los hogares. En la Tabla 24 se resumen algunas de las medidas activas adoptadas por los hogares en respuesta a la crisis económica. Solo en el 13% de los hogares se pudo observar el ingreso de un nuevo miembro a la fuerza de trabajo. Tabla 24 : Estrategias Activas de Hogares % de hogares que informaron % de hogares que usa: reducción de ingreso que usa: Estrategias en el mercado laboral Suman nuevos trabajadores al mercado laboral 13.4 16.1 Trabajan más horas 14.8 19.2 Tiempo Aumentó la producción casera 59.9 62.6 Prescindió/redujo servicio doméstico* 35.3 40.4 Migración 4.1 3.9 *El porcentaje para este item se refiere a hogares para los que la categoría es relevante. Esto es particularmente importante en el grupo de ingresos más bajos (Tabla 25). Típicamente se trata de un trabajador secundario: en 50% de los casos es el hijo o hija y en el 25% de los 19Estas estadísticas son recopiladas en forma mensual por el INDEC y constituyen la base para su Indicador Sintético de Servicios Públicos (ISSP). La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz 18 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 casos es el cónyuge de la persona informada como jefe/jefa del hogar. Sin embargo, la eficacia de esta estrategia parece ser algo limitada. Algo más del 13% de estos nuevos ingresantes al mercado laboral logra encontrar trabajo. Los que tienen éxito tienden a no ser los más pobres entre los ingresantes. Tabla 25: Estrategias activas de los hogares por nivel de ingresos Quintiles I II III IV V Total Estrategias en el mercado laboral Suman nuevos trabajadores al mercado laboral 28.0 16.8 12.2 6.2 1.4 12.9 Trabajan más horas 11.4 15.6 16.3 11.5 13.4 13.7 Tiempo Aumentó la producción casera 74.4 73.0 62.6 52.5 43.2 61.1 Prescindió/redujo servicio doméstico* . . 43.0 27.8 40.5 37.9 Migración 4.3 2.3 6.0 5.1 4.6 4.5 Trabajar más horas aparece como otra estrategia adoptada por todos los grupos de ingresos. No obstante, los que parecen tener éxito en este esfuerzo por aumentar el número de horas que trabajan parecen ser en su mayoría los trabajadores asalariados con trabajos permanentes, con una concentración particular en el comercio. En paralelo con estos cambios en las estrategias de empleo, es posible observar una tendencia a reemplazar el ocio por el trabajo en el hogar como manera de hacer frente a la crisis. Vale la pena mencionar dos ejemplos. Primero, alrededor del 60% de los hogares informaron haber aumentado el tiempo que dedican a la preparación de "bienes producidos en el hogar" (por ejemplo, comidas) en reemplazo de productos comprados. Como se muestra en la Tabla 25, esta estrategia es ampliamente usada por los grupos de ingresos más bajos. En segundo lugar, entre los hogares que emplean servicio doméstico, existe una notable reducción en su uso. La encuesta también indagaba sobre la migración de algún miembro del hogar desde octubre de 2001 o si alguien en el hogar estaba considerando esta opción. En promedio, algo más del 4% de los hogares informaron tener por lo menos un miembro que había emigrado, un porcentaje más o menos uniforme entre los diferentes grupos de ingresos20. Las principales razones de la migración incluyen 'falta de trabajo' (58%) y búsqueda de una mejor calidad de vida (15%). Por otro lado, más del 20% de los hogares informaron que por lo menos un miembro de la familia estaba considerando emigrar. La principal opción que era considerada (80% de los hogares) era la migración a otro país -- particularmente entre los grupos de mayores ingresos de la Ciudad de Buenos Aires. Desde el comienzo de la crisis, una mayor proporción de los hogares está usando sus ahorros, vendiendo activos o tomando prestado como manera de sostener el consumo (Tabla 26). 20Se excluyen los que emigraron como consecuencia de matrimonio, enfermedad u otras razones familiars.. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz19 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 26: Uso de estrategias financieras % de hogares que % de hogares que usan: informaron una reducción de ingresos que usan: Ahora Antes Ahora Antes Oct. 2001 Oct. 2001 Venta de activos 3,7 1,1 5,5 1,0 Uso de ahorros 5,1 3,0 7,1 4,9 Préstamos bancarios 1,7 2,4 1,3 3,1 Compra con pago diferido 7,3 5,1 9,7 6,6 Quizás el hecho más interesante a observar sea el grado en que los hogares de menores ingresos dependen como estrategia de supervivencia del uso de crédito informal por parte de los comercios del barrio (la compra al fiado) que les permite diferir el pago (Tabla 27). Tabla 27: Uso de estrategias financieras por nivel de ingresos Quintiles I II III IV V Total Venta de activos 5,9 3,7 3,3 2,7 1,1 3,3 Uso de ahorros 2,8 3,5 4,0 8,0 5,6 4,8 Préstamos bancarios 0,9 3,6 1,8 0,6 2,0 1,8 Compra con pago diferido 14,6 13,1 9,5 2,3 0,7 8,0 Estrategias vinculadas con redes sociales. En la Tabla 28 se resumen algunos de los principales indicadores sobre el uso de redes sociales por parte de los hogares. En la Tabla 29 puede verse información adicional desagregada por grupo de ingresos. Globalmente, puede observarse que más de un tercio de los hogares informa beneficiarse, por lo menos en un aspecto, del acceso a una red de contención social. El uso de estas estrategias es algo más elevado para los hogares que experimentaron caídas nominales negativas en sus ingresos (Tabla 28) y significativamente mayor en el caso de los hogares del extremo inferior de la distribución de ingresos (Tabla 29). La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz20 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 28: Uso de estrategias vinculadas con redes sociales % de hogares que % de hogares que informaron una reducción usan en el nivel de ingresos que usan: Asistencia de otras personas que no viven en la casa21 16,3 17,0 Préstamos de amigos y familia 10,7 13,7 Planes sociales 6,9 7,5 Participación en actividades comunitarias22 20,9 26,4 Trueque 11,1 15,2 Usa por lo menos una 37,0 42,5 Usa más de una 14,6 19,9 La encuesta brinda alguna evidencia de que las redes sociales se utilizan de modo diferentes a lo largo de la distribución del ingreso..Efectivamente, si se compara la distribución de los hogares que informan haber recibido o dado asistencia a personas que no habitan en su propio hogar, puede observarse que los hogares del quintil inferior tienden a ser receptores netos mientras que los del quintil superior tienden a ser dadores netos. Tabla 29: Uso de estrategias vinculadas con redes sociales por nivel de ingresos I II III IV V Total Asistencia de otras personas 26,4 15,5 20,9 15,8 7,3 17,1 que no viven en la casa Asistencia a otras personas 10,0 19,7 17,1 21,2 37,9 21,2 que no viven en la casa Préstamos de amigos y familia 21,2 15,7 10,6 5,8 3,0 11,3 Planes sociales 18,5 6,1 7,5 1,3 0,1 6,7 Participación en actividades comunitarias 29,4 23,6 22,8 15,7 15,7 21,4 Trueque 20,2 15,4 11,7 5,5 3,9 11,3 A través de preguntas retrospectivas, se pudo identificar cambios en el acceso y/o el uso de redes sociales desde octubre de 2001. Si bien en la encuesta se registra un aumento en el uso de diferentes formas de uso de las redes sociales, los mayores aumentos se dan en el uso del trueque y la participación en actividades comunitarias. 21Un mayor porcentaje de hogares (22%) informó brindar asistencia a personas que no habitan en el mismo hogar. 22Las actividades comunitarias incluyen las siguientes categorías: comedores escolares, comedores comunitarios, compras comunitarias de mercadería, talleres comunitarios, recaudación de fondos, guarderías comunitarias, entre otras. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz21 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Tabla 30: Cambios en el uso de redes sociales % de hogares que (Antes Oct 2001) % de usan hogares que usan Asistencia de otras personas 16,3 13,2 que no viven en la casa Préstamos de amigos o familia 10,7 7,0 Asistencia del gobierno u ONG 6,9 2,7 Participación en actividades comunitarias 20,9 11,1 Trueque 11,0 3,2 La intensidad del uso del trueque en los grupos de bajos ingresos queda documentada en el hecho de que el ingreso per cápita de los hogares que usan el trueque es menor que para el total de la población ($143 versus $214, y $183 versus $264 con y sin ajuste por adulto equivalente, respectivamente). Los hogares que recurren al trueque tienden a tener más miembros desempleados (43,3% versus 22,4%) y más trabajadores temporarios (42% versus 23%) -- prueba adicional de la vulnerabilidad de los mismos. Puede observarse un patrón similar en los hogares que informaron recibir algún tipo de asistencia oficial. Sus ingresos per cápita están por debajo del promedio ($122,7 y $97,62 con y sin ajuste por adulto equivalente), tienen una mayor incidencia de desempleo (65% tiene un miembro desocupado) y, en el caso de los que están ocupados, tienden a tener más trabajos temporarios (80%). La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz22 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 IV. A MODO DE CONCLUSIÓN El trabajo presenta varias evidencias de la magnitud de los costos sociales de la crisis económica argentina y sus efectos negativos sobre el bienestar a lo largo de toda la distribución del ingreso. Los datos a nivel de hogar confirman la imagen negativa obtenida a partir del análisis de los indicadores de nivel macro disponibles desde los comienzos del año. Los hogares están usando variadas estrategias para responder a una intensa crisis . Los limitados datos sobre consumo recopilados no permiten determinar en qué medida las reducciones en los niveles de ingreso están produciendo formas de privación extremas (es decir, en qué medida las estrategias de supervivencia permiten a las familias evitar las restricciones importantes). No obstante, la magnitud de los shocks y las limitaciones en la eficacia de los diferentes mecanismos de supervivencia que se han identificado sugieren que los efectos sobre el bienestar son efectivamente muy serios. La evidencia sugiere efectos más marcados en el uso de los servicios de salud que en educación -- una conclusión que se está analizando en más detalle utilizando fuentes de información adicionales. Una rápida comparación con la evidencia de otros países que experimentaron shocks económicos de una magnitud similar indica algunas similitudes muy interesantes así como algunas diferencias específicas. El análisis realizado por Fallon y Lucas (2002) de los efectos sobre los mercados laborales24 señala un patrón de crecientes índices de desempleo abierto e importantes cambios en la composición sectorial del empleo (marcadas reducciones en la construcción y la manufactura - esta última a medida que el sector empresario se ve afectado por el aumento de los costos de los materiales importados, las dificultades para la obtención de crédito y la creciente carga de la deuda en moneda extranjera) similar al observado en el caso de la Argentina posterior a la convertibilidad. La evidencia sobre el impacto distributivo de las crisis muestra algunas diferencias entre los distintos países. Thomas et al. (1999) estimó que en el caso de Indonesia se produjo una declinación en los gastos per cápita en los quintiles superior e inferior de la distribución que fue mayor en el caso de los hogares ubicados en un punto medio de la distribución. En contraste, existe evidencia de una débil redistribución de ingresos de las clases medias hacia las ricas en Tailandia. Los datos analizados en el presente trabajo sugieren que las reducciones en el ingreso familiar en Argentina han afectado más a la clase media. En lo que hace a las estrategias de supervivencia, al igual que en el caso de la Argentina, Frankengerg et al. (1999) observan que la asistencia informal de amigos y miembros de la familia fue particularmente importante en Indonesia durante la crisis, siendo alrededor de un cuarto el número de hogares que recibió dicha asistencia. Su valor medio fue considerablemente mayor que el de la asistencia de los servicios formales. Sudarno, Wetterberg y Pritchett (1999) también determinaron en el caso de Indonesia diferencias en las estrategias de supervivencia en función de la distribución del ingreso. Por ejemplo, las familias de clase media respondieron trabajando más horas, reduciendo el consumo, utilizando sus ahorros y vendiendo activos, mientras que los hogares de menores ingresos recurrieron a medidas más drásticas, tales como retirar a sus hijos de la escuela. 24Los países estudiados y los años de sus crisis: Indonesia (1998), Korea (1998), Malaysia (1998), Thailand (1997), Argentina (1995), Mexico (1995) and Turkey (1994). La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz 23 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 Con respecto a este último punto, la evidencia es mixta. Por ejemplo, en México durante la crisis de 1982, las tasas de deserción en la escuela secundaria aumentaron levemente mientras que se reducían los índices de deserción en la escuela primaria. Ambos cambios formaron parte de tendencias de largo plazo para toda la década de 1980 (Lusting 19998). De igual manera, Adam y Chamberlin (1999) no encontraron evidencia de reducciones significativas en la participación escolar en Tailandia, si bien también reconocieron las dificultades de medición y respuestas demoradas que hemos mencionado. La evidencia sobre Tailandia, no obstante, encontró una brecha entre los índices de deserción escolar de los hogares pobres y no pobres, tal como se pudo determinar (aunque con poca precisión) en el caso de la Argentina. Finalmente, si bien la magnitud de la crisis actual es mucho mayor que las experimentadas durante la década de 1990, las características generales de las estrategias de supervivencia que se observan son muy similares a las halladas por estudios previos de la Argentina (Banco Mundial, 2001). En particular, la dependencia de las redes sociales y los cambios en los patrones de consumo. Los siguientes pasos para continuar este análisis incluyen estudios más detallados del impacto de la crisis sobre los servicios de salud y educación, un análisis más sistemático del uso de diferentes estrategias de supervivencia por tipo de hogar (usando métodos de variables múltiples), una consideración más específica del sector rural -- empleando la singular cobertura de esta encuesta -- y un foco particular en el rol de la migración como estrategia de supervivencia. La crisis argentina y su impacto en el bienestar de los hogares. Por Ariel Fiszbein, P. Giovagnoli e I. Adúriz24 Oficina del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay ­ Documento de Trabajo N.1/02 BIBLIOGRAFÍA Adam and Chamberlin (1999) "Thailand Social Monitor. Coping with the crisis in education and health". World Bank Report # 24467 TH De Ferranti, D. Perry G.E. Gill I. and Servén L. (2000). "Securing our Future in a Global Economy". World Bank Latin American and Caribbean Studies. 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