101378 Discurso de Paul Wolfowitz en el Centro de prevención y lucha contra el paludismo en Tzaneen, Sudáfrica Paul Wolfowitz Presidente del Banco Mundial 15 de marzo de 2007 Paul Wolfowitz: Las estadísticas acerca del paludismo son alarmantes. Un millón de personas muere al año y 90% de éstas son niños y niñas. Si uno analiza esta cifra, significa que cada día mueren unas 3.000 personas, cantidad similar a las personas que murieron en el World Trade Center, pero ininterrumpidamente, día tras día, de una enfermedad que según se dice ahora es posible de prevenir. Noventa por ciento de estas personas son de �frica. He aprendido que es una enfermedad muy complicada, ya que se ve afectada por el clima y por los diferentes factores con los que uno puede encontrarse. Entonces, el tratamiento puede no ser el mismo en todos los lugares, pero claramente es necesario hacer algo. En el Banco Mundial hemos aumentado considerablemente la cantidad de dinero que destinamos a esta lucha. Calculo que sólo en los últimos 14 meses hemos entregado donaciones por US$367 millones a unos 12 países de �frica y a un programa regional de �frica occidental, a diferencia de los US$50 millones aportados en los primeros cinco años de este decenio. Por lo tanto, hemos aumentado considerablemente nuestra ayuda, es decir, el Fondo Mundial, como ya mencionáramos, lo ha hecho. Pienso que habrá más dinero en el futuro, aunque también es importante saber qué es lo que funciona. El motivo por el cual tenía tantas ansias de venir, además de lo convincente que ha sido su Embajadora (y que habría sido un motivo más que suficiente para visitarlos), es que me he enterado de que este año es una de las historias de éxito en la lucha contra el paludismo y las estadísticas que me mencionaron así lo demuestran. Necesitamos aprender mejor qué es lo que funciona para que lo podamos aplicar en otros lugares. Es posible que el sistema utilizado no funcione exactamente igual en otros lugares, porque, como me decían, el clima es diferente aquí, pero claramente necesitamos aprender de esta experiencia. De modo que estoy impaciente por aprovechar esta visita para conocer su experiencia. Pero por el momento permítanme concluir tan sólo agradeciendo a su bella Embajadora. Ella realizó un magnífico trabajo en Washington con la promoción de esta causa en la Cumbre de la Casa Blanca sobre el paludismo realizada en diciembre. Además, sé que está promoviendo esta causa en todo el mundo y lo hace con pasión y convicción, ya que ella ha experimentado en persona lo que puede acarrear el paludismo. Permítanme agradecerles, primero por estar hoy aquí, pero más importante, agradecerles por el trabajo que realizan todos los días; esto es real -- es una contienda entre la vida y la muerte para muchas personas, la mayoría niños y niñas, y la mayoría merece --todos merecen– una mejor vida. Casi todos pueden ser grandes colaboradores si tan sólo les podemos ayudar a permanecer saludables. Muchas gracias.